Aula Segura vs Currículum de la Felicidad

En un viaje realizado junto a otros parlamentarios - financiado con recursos propios - tuve la oportunidad de conversar con el Dalai Lama, en el monasterio de Mcleod Ganj en el Himalaya, sobre algunos temas relacionados a la educación y la niñez. 

Al comentarle sobre el proyecto de Ley “Aula Segura”, el líder espiritual manifestó su preocupación y profunda inquietud, ya que mientras en ese rincón del mundo hablábamos sobre cómo hacer a los niños más felices y contribuir en su formación como mejores personas, al otro lado del globo - en nuestro país precisamente – se hablaba de combatir la violencia con exclusión, que es totalmente lo contrario.  

Como parlamentario por la Región de Los Lagos comparto la necesidad de asegurar espacios educativos y formativos sin violencia, donde la única preocupación de la comunidad educativa sea que nuestros niños y jóvenes aprendan y adquieran distintas herramientas para la vida, a través de un aprendizaje saludable y armónico con el medioambiente. 

En estos ocho meses en el Congreso he tenido la oportunidad de realizar clases de educación cívica en distintos establecimientos educacionales de la región que, junto con evidenciar la gran inquietud de los jóvenes en el fortalecimiento de la democracia y en los espacios de convivencia, demuestran la gran motivación e interés de los profesores por buscar nuevas e innovadores diseños de formación, más allá de los manuales y las recetas tradicionales.

 
Si verdaderamente queremos “Aulas Seguras” debemos comenzar por preguntarnos sobre que hemos hecho mal como sociedad para llegar a discutir la erradicación de la violencia de los colegios. Que hemos dejado que ocurra en Chile para llegar a casos como el de Katherine Winter, estudiante que decidió quitarse la vida, luego del tremendo acoso digital de sus compañeros de curso u otros caso tan dramáticos como este.

No debemos dejarnos llevar por titulares para validar la legitimidad de mecanismos que combaten la violencia con violencia en las salas de clases, sino más bien avanzar en el trasfondo del problema, relacionado a la convivencia escolar y la calidad de la educación. Un buen camino parece ser el “curriculum de la felicidad” que presenta el Dalai Lama, que busca fomentar el bienestar interior y la felicidad de los alumnos a través del entendimiento de la mente y las emociones humanas.

Alejandro Bernales